Sobrerregulación en las telecomunicaciones
junio 14, 2019 4:01 pmEscrito por Porto Legal
La enorme presión regulatoria que ejerce el Estado Peruano sobre el mercado de las telecomunicaciones se contradice con la necesidad de que esta industria se potencie y permita que las zonas más alejadas del Perú se conecten a través de servicios de telefonía y de internet.
En un mercado en el que ya contamos con 4 operadores móviles y la competencia ha evolucionado tremendamente, urge que tanto el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, así como el organismo supervisor, OSTIPEL, reduzcan la innecesaria presión regulatoria que pone obstáculos al crecimiento de la industria, sin descuidar que la calidad del servicio y el uso eficiente de la red asignada por el Estado sean idóneos.
¿Por qué las regulaciones afectan a nuestra red de telecomunicaciones?
Actualmente, los concesionarios de telecomunicaciones y sobre todo los operadores que prestan servicios al usuario final, se enfrentan a una problemática constante por la necesidad de ofrecer soluciones disruptivas, modernas y que favorecen a sus suscriptores versus el dolor de cabeza que representa la asfixiante regulación del OSIPTEL.
Si algún operador quiere digitalizar todos sus canales de atención a los usuarios y ofrecer un negocio “paperless” tendrá que vérselas con OSIPTEL y sus desfasadas Condiciones de Uso.
Si alguna empresa quiere brindar servicios satelitales de alta calidad tendrá que vérselas con las inusuales exigencias que impone el MTC por falta de un marco normativo que hasta la fecha no se adapta a este tipo de tecnologías.
Todos aquellos que estén familiarizados con esta industria habrán sido testigos de cómo soluciones que solo pretenden acortar las brechas de comunicación que existen en el país muchas veces se demoran meses en implementar o incluso son descartadas por trabas o impedimentos regulatorios.
Problemática actual en la regulación del sector
Si a un usuario le parece que el servicio al cliente de un operador es muy malo, hoy en día tiene hasta 4 opciones de operadores distintas (que compiten todas tratando de ofrecer las mejores tarifas) así como la facilidad para portar su línea en 24 horas.
Si un plan tarifario le parece muy caro, tiene también un abanico de planes y de mecanismos de facilitación de portabilidad para encontrar el plan tarifario más favorable. La competencia hoy en día existe, y es muy distinta a la que teníamos hace 10 años.
En este contexto, vale la pena plantearse la posibilidad de desregular el mercado de telecomunicaciones, no para desproteger a los usuarios ni quitarles empoderamiento, sino para incentivar que los proveedores de servicios de telecomunicaciones puedan llegar a la mayor cantidad de usuarios posibles tanto en zonas urbanas como rurales y para que puedan adoptar mecanismos de acceso al servicio más simples.
El OSIPTEL recientemente ha sido evaluado por la OCDE en el Marco para el Desempeño de los Reguladores Económicos, y se ha emitido un informe con recomendaciones hacia futuro.
Parte de estas recomendaciones suponen establecer relaciones sólidas y a largo plazo con los operadores de telecomunicaciones lo que permitirá darle mayor dinamismo a la industria de las telecomunicaciones.
Recordemos que más que un supervisor y fiscalizador, el regulador debería velar porque la competencia en el mercado y la calidad de los servicios mejoren continuamente.
Parte de estas recomendaciones también suponen modificaciones al marco normativo existente para delimitar claramente las funciones del MTC y de OSIPTEL, las mismas que hoy en día se contraponen en muchos aspectos.
En conclusión
Nadie discute que al ser el servicio de telecomunicaciones un servicio público que utiliza recursos del estado (espectro radioeléctrico) este deba estar sujeto a regulación en ciertos aspectos tales como la calidad y velocidad de las redes, utilización del espectro y que la libre competencia entre operadores funciones sin concertaciones o pactos bajo la mesa para que así el uso del espectro se realice de la manera más eficiente posible.
Sin embargo, es importante que entendamos que en el Perú hay muchas brechas de telecomunicaciones que deben cerrarse de manera urgente y para eso será necesaria la inversión privada acompañada de un marco regulatorio que no asfixie a la industria, sino que facilite el crecimiento de la misma.
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