Por: Alonso Morán de Romaña.

Fuente: Voxpopulialdia.com

El Perú viene desaprovechando una de las oportunidades más importantes que se le hayan presentado en la última década: convertirse en un líder regional en innovación y de uso de tecnologías de la información. En los últimos años hemos escuchado y leído que el uso de tecnologías y la digitalización de procesos no es más una simple opción, sino que hoy en día no resulta posible vivir aislado de ellas. Sin embargo, ¿se ha avanzado lo suficiente como para convertir al Perú en un líder regional en esta industria, con todo lo que eso significa? Lamentablemente, la respuesta es que no. Todo lo contrario.

Desarrollo Tecnológico en el Perú

Desde el sector público, esfuerzos aislados desde algunos sectores del gobierno no han logrado materializar en el país una política de estado que impulse el uso de herramientas digitales para reducir procesos y cargas burocráticas, o para crear un marco regulatorio y legal efectivo que incentive la inversión en innovación y desarrollo tecnológico. Es cierto que la PCM a través de la Secretaría de Gobierno Digital, PRODUCE y sus concursos de financiamiento a Startups; o Essalud a través de los recientes anuncios, la presidenta ejecutiva Fiorella Mollinelli vienen intentando impulsar una agenda digital pero lamentablemente estas iniciativas no logran articularse con políticas estructurales y direccionadas desde un solo ente rector. Los gastos en Investigación y Desarrollo (I+D) tampoco son muy alentadores, y de acuerdo con los resultados del Primer Censo Nacional de Investigación y Desarrollo realizado por CONCYTEC y publicado en el 2017, el Perú solo gasta el 0.08% del Producto Bruto Interno (PBI) en investigación y desarrollo y de ese pequeño porcentaje sólo el 7.3% corresponde a investigación en desarrollo tecnológico (países como Japón o Estados Unidos superan el 60% en investigación en desarrollo tecnológico).

¿Qué impide el crecimiento de la innovación?

Desde el sector privado, y a pesar de la cantidad de estudios, recomendaciones y lineamientos que han incluido el uso de tecnologías como un eje del desarrollo productivo y empresarial, tampoco se ha avanzado mucho con excepción de algunas pocas empresas que han dado el primer paso hacia la transformación digital e inversión en tecnología. El gobierno (incluyendo al Congreso) no ha puesto mucho de su parte para que la inversión privada en emprendimientos digitales se potencie: hemos sido testigos de inútiles y poco estudiadas iniciativas legislativas que buscan regular plataformas digitales de alojamientos compartidos, transporte tipo taxis y delivery, llegando incluso a extremos de proponer que este tipo de plataformas digitales suscriban contratos laborales con sus “trabajadores” (con todo lo que esto significa en un país como el nuestro en el que no nos destacamos necesariamente por tener régimen laboral flexible y moderno). A pesar de esto, se espera que en el 2019 la inversión privada en servicios digitales pueda seguir creciendo hasta convertirse en un componente sólido del crecimiento económico.

¿Qué debería hacer el gobierno para impulsar la innovación en el Perú?

Una nueva visión seria y determinada del gobierno, impulsada por un ente rector con suficiente autonomía y facultades para articular distintos sectores de la industria de manera transversal y con capacidad implementar reformas en materia de competitividad digital que sean sostenibles a largo plazo son sólo algunas de las medidas que se deben adoptar con urgencia para cerrar las brechas digitales que existen en el país. Provoca envidia sana ver como el Perú se encuentra a la cola en la mayoría de rankings e indicadores globales sobre competitividad digital mientras algunos de nuestros vecinos como Colombia y Chile vienen consiguiendo para posicionarse como líderes en innovación y desarrollo de ecosistemas digitales con muchísimo apoyo de sus gobierno, clara señal de que ellos sí, a diferencia del Perú, entendieron la necesidad de treparse al tren de esta cuarta revolución industrial que les dejará a su paso el cierre de brechas de productividad y crecimiento; mientras que para nosotros significará nuevamente la decepción de habernos quedado una vez más relegados en el tan ansiado sueño del desarrollo.

Publicado el día 19 de abril de 2019.
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Artículo: Jalados en competitividad digital
Redacción: Alonso Morán de Romaña.

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